Han pasado once años desde del Accidente aeréo del Vuelo 180, diez años desde la colisión automovilística en la carretera secundaria 62, cinco años desde del descarrilamiento de aquella montaña rusa llamada ‘El vuelo del diablo’, y dos años tras el gran choque en un autódromo. Ahora, Sam Lawton (Nicholas D’Agosto, ‘Héroes’) tiene una premonición sobre el colapso de un puente colgante, que según sus presentimientos, le causará la muerte. La visión se convertirá en realidad, pero Sam tendrá tiempo de salvarse a sí mismo y a muchos otros de la catastrófica tragedia. Sin embargo, Sam y su novia Molly (Emma Bell, ‘Frozen’, ‘The Walking Dead’), descubrirán que la muerte sigue persiguiendo a los que no murieron en su momento.

Nick y sus amigos se disponen a disfrutar de una carrera de coches cuando tiene una premonición terrible: una desgraciada secuencia de circunstancias hace volar por los aires un coche de carreras, lanzando restos en llamas que matan brutalmente a sus amigos y hacen que las gradas se derrumben sobre él. Preso de pánico, Nick consigue convencer a su novia Lori y a sus amigos Janet y Hunt de irse de las gradas pocos segundos antes de que ocurra la espantosa visión… Convencido de haberse librado de la muerte, el grupo de amigos parece tener una segunda oportunidad, pero desgraciadamente para Nick y Lori, solo es el comienzo. Las premoniciones se siguen sucediendo y los supervivientes van muriendo uno a uno, de manera cada vez más brutal. Nick debe encontrar la manera de escapar de la muerte de una vez por todas si no quiere llegar a su destino final.